documentos sobre biodiversidad

La fauna endémica monegrina y su origen

El inventario de la fauna de invertebrados asociados a la vegetación sobre yeso en Los Monegros, aún sin estar terminado, ha proporcionado la cantidad de más de 4.000 especies de las cuales más de un centenar han resultado nuevas para la ciencia y deben por tanto considerarse, hasta donde conocemos, como endémicas de Los Monegros (ver cuadro nº 3 para el listado completo de especies conocidas sólo de las zonas esteparias de Los Monegros/depresión del Ebro).

 

Por supuesto que no todas estas especies tendrán un área de distribución tan limitada como lo es la comarca de Los Monegros. De algunos grupos carecemos de datos en España y así, de la familia Sciaridae (Diptera), con un 75% de los ejemplares determinados, se han inventariado 36 especies de las que 19 han resultado nuevas. Esto hubiese sido así seguramente tanto en Los Monegros como en cualquier otra parte del país ya que este grupo de insectos, pese a su abundancia y ubicuidad, está sin estudiar en la península y la cuenca del Mediterráneo en general: es por ello que mientras se preparaba la descripción de Bradysia ruginosa, esta especie apareció también en un lote de esciáridos italianos que un colector había enviado al mismo especialista.

 

Parte también de las nuevas especies pertenecientes a grupos bien estudiados estarán distribuidas en otras zonas estépicas ibéricas y norteafricanas, sin duda mal conocidas. Pero a pesar de todo ello, el hecho de que a finales del siglo XX el 3% de las especies de la fauna de un enclave europeo estuviesen sin describir indica, además del estado en que se ecuentra el conocimiento de nuestro entorno natural, que nos encontramos ante una zona realmente original y no repetida en áreas vecinas.

 

¿Cuál es el origen de esta fauna tan particular?. Ya hemos citado en el apartado anterior cómo un número elevado de las especies que se han descrito en Los Monegros (incluso comunidades completas como Eurytoma sp. nov., que forma agallas en Ephedra, y sus parasitoides ...) están filogenéticamente emparentadas con taxones orientales y no con los de su entorno próximo. Para que exista especiación se necesita aislamiento genético y tiempo, siendo por ello necesario volver a insistir en que este hecho sólo puede ser explicado por actúar la depresión del Ebro como un refugio que impidió la eliminación de todas las comunidades terciarias y, una vez aisladas, ha conservado hasta hoy el mínimo ecológico suficiente para permitir su permanencia o evolución.

 

Un ejemplo ilustrativo de este hecho podría ser la planta Krascheninnikovia ceratoides y su fitófago Eurotica distincta (Homoptera, Psyllidae), ambos de distribución disyunta. Pero el estudio de la entomofauna asociada a esta especie ha permitido también descubrir en Los Monegros dos fitófagos desconocidos, uno de ellos género nuevo: se trata de Aceria zumetae (Acari, Eriophyidae) y Blascothrips zumetai (Thysanoptera, Thripidae). El tisanóptero es realmente una especie diminuta (800 _m), de fenología otoñal y vida como adulto relativamente corta, siendo por ello que podría estar pasando desapercibido en el área de distribución oriental de la planta (el hecho de ser género nuevo indica también originalidad respecto a los tisanópteros ibéricos); pero Aceria, aún siendo mucho menor (158 _m), produce agallas de un centímetro de longitud y por lo tanto realmente visibles, por lo que resulta extraño que, de existir, no hayan sido descubiertas en el este. Así pues, la separación entre las dos poblaciones de K. ceratoides es tan antigua como para dar tiempo a que al menos uno de sus fitófagos (posiblemente dos) se especiase.

 

El endemismo monegrino más conocido es Eucypris aragonica (Ostracoda, Cypridae) un ostrácodo encontrado únicamente en las saladas de Los Monegros. Aunque los ostrácodos muestran en general una capacidad de colonización elevada al utilizar a las aves acuáticas como agentes de dispersión, E. aragonica no vive fuera de la plataforma de Bujaraloz-Sástago debido fundamentalmente a que no tiene capacidad de partenogénesis y a sus requerimientos muy específicos en cuanto a la composición iónica del agua y temperatura (su óptimo son 2ºC y a sólo 26ºC hay una mortalidad del 50%). Es pues una especie propia de estepas áridas y frías y sus estrictas necesidades vitales indican igualmente la existencia de una continuidad ambiental. Organismos acuáticos similares, de carácter invernal por estar adaptados al agua fría, se conocen del norte de Africa y estepas del Asia central.

 

Cuando los botánicos Braun-Blanquet y O. de Bolòs estudian en los años 50 la flora de la depresión del Ebro, afirman que están ante un centro de especiación de primer orden con origen en el Terciario y es ésta, sin duda, una aseveración aplicable también a su fauna de invertebrados.

 

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